Hay quienes sostienen que a través de la moda se puede leer la historia de nuestra sociedad. Y no es para menos, porque
hay prendas que no solo han marcado hitos importantes
, sino que también han permitido derribar paradigmas y darles un cambio a los roles que por décadas se han impuesto.
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Hoy día se habla del ‘Power Suit’ (traje de poder) para referirse a ese traje pantalón o traje sastre que usan las mujeres, una prenda que en los últimos años ha jugado un rol importante tanto en el ámbito corporativo como político. Pero,
¿qué hay detrás de esta prenda y por qué ha marcado un antes y un después en la vida de las mujeres?
Corría la Primera Guerra Mundial, y mientras el mundo se estremecía por el conflicto bélico que se desarrollaba en Europa, las mujeres tenían un acercamiento al mercado laboral, ya fuera cuidando a los soldados heridos, trabajando en fábricas de municiones, conduciendo camiones o autobuses.
Ante esta inmersión su indumentaria también se estaba transformado, aunque las faldas largas se mantenían en algunas labores,
sin enmarcar la cintura por la falta de corsés
, y en otras actividades el pantalón sastre masculino se imponía por su practicidad, en especial en las largas jornadas dentro de las factorías.
Este paso disruptivo de usar prendas masculinas, si bien abrió debates dentro de la sociedad, no era el primer abrebocas para la
“liberación”
, ya que, a principios del siglo XX, las mujeres sufragistas ya habían integrado en su vestimenta prendas masculinas como largas chaquetas. No tardó mucho para que la joven diseñadora Gabrielle Chanel, más conocida como ‘Coco Chanel’, le diera vida al pantalón femenino,
adaptando la moda a las nuevas circunstancias de la Guerra
, dejando de lado las prendas incómodas, pero sobre todo proyectando a una mujer segura.
Pero pasarían décadas para que el pantalón se popularizara y sobreviviera a las críticas enfocadas en las normas de género. Los estándares habían cambiado y la moda se mostraba como un aliciente para las mujeres que se imponían.
Una nueva inspiración llegó cuando Yves Saint Laurent
, en 1966, le presentó al mundo un elegante traje de pantalón llamado ‘Le Smoking’, el cual se inspiraba en ese estilo masculino, pero que impartía elegancia, seguridad y empoderamiento a las mujeres. Este estilo disruptivo no solo revolucionó al mundo de la moda, también reivindicó a la mujer y convirtió el traje en el uniforme para aquellas trabajadoras que querían ser tomadas en serio en un mundo dominado por hombres.
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'Power suit'
iStock
La revolución del estilo
En la medida que las mujeres empezaron a llegar a puestos de poder en el ámbito laboral, incluso en la política, el poder de la vestimenta jugo un rol protagónico, naciendo en la década de los ochenta la estética del ‘Power Dressing’, en donde se adaptó ese traje de dos piezas y se incluyeron chaquetas con
hombreras marcadas que aportaban volumen
y mandaban un mensaje de autoridad. Este estilo, que tocó su cúspide con la película de culto ‘Working Girl’ (Armas de Mujer, 1988), se volvió un referente en todo el mundo. Al tiempo, que el diseñador italiano Armani dirigía su mirada a una mujer trabajadora.
Para la periodista de moda y tendencias, Camila Villamil, existen dos contextos que han llevado a las mujeres a tomar elementos del vestuario masculino a lo largo de la historia:
por necesidad y para desafiar.
“Hoy en día, como parte de la evolución en este siglo, vemos que el traje no se limita y es un conjunto de prendas sin género. En alguna oportunidad, Giorgio Armani señaló: ‘Fui el primero en suavizar la imagen de los hombres y endurecer la imagen de las mujeres’. Y por eso se considera como uno de los pioneros del ‘Power Dressing’. En la actualidad, el traje se ve más como un símbolo de comodidad y atemporalidad. Con un suit siempre se irá a la fija”
, afirma Villamil.
Esa revolución de estilo también ha enmarcado en la historia reciente a grandes figuras femeninas,
permitiendo que ese ‘Power Suit’ no solo haga parte de su estética,
sino de su proyección frente al mundo. Tal es el caso de Theresa May, ex primera ministra del Reino Unido; Angela Merkel, excanciller alemana; Hillary Clinton, Michelle Obama, Jacinda Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda; Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional; Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo; Kamala Harris, vicepresidenta de los Estados Unidos; Mary Barra, directora general de General Motors; Sanna Marin, ex primera ministra de Finlandia; Oprah Winfrey, Victoria Beckham, entre otras.
“La evolución del ‘Power Suit’ toma esa silueta tradicional e incluye elementos femeninos, que, si bien pueden variar, dan un nuevo alcance. Hoy el traje no solo comunica seguridad, sino también seriedad, determinación y confianza. Esta prenda, a lo largo de los años, también se ha vuelto versátil, porque permite incluir detalles como una camiseta o tenis y va muy bien en cualquier contexto”
, destaca Maite Cantero, coordinadora del Laboratorio de Conocimiento de Inexmoda.
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Hillary Clinton
Archivo particular
Una prenda que comunica ‘política’
A pesar de los años, el traje pantalón se rige hoy día como una pieza atemporal que está presente en el fondo de armario de muchas mujeres alrededor del mundo. Pero más allá de ser usado en una reunión de negocios o un mitin político,
esta prenda es capaz de hablar por sí sola.
De acuerdo con Cantero, el traje tiene
“el poder de llegarle a las audiencias con un mensaje claro”.
“Muchas veces nos vestimos para nosotros mismos, pero también para aquellas personas que nos ven, por eso esta silueta sigue siendo muy importante en el mundo corporativo, en contextos políticos y hasta en eventos sociales con códigos de vestuarios determinados. No hay que desconocer que en este estilo también influye la selección de color, las texturas y los contrastes de las piezas. Dependiendo del contexto se puede jugar con esta prenda”,
comenta Cantero.
Sin lugar a duda, a la hora de comunicar sus mensajes, la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, ha sido una de las exponentes recientes del ‘Power Suit’. A lo largo de su mandato, así como de su campaña presidencial, ha utilizado esta prenda como un recurso clave para reforzar su imagen. Al igual que en su discurso,
Harris ha sido asertiva al momento de elegir esta prenda
, ya sea en tonos azul, marino, blanco o beige. Y no es casualidad que su equipo de asesores siempre hiciera énfasis en que su vestimenta evocara esa seguridad y seriedad como funcionaria electa y no como una celebridad.
Harris ha sido capaz de llevar traje con las icónicas zapatillas Converse o incluso incluir colores alegres en sus elecciones. En medio de su campaña por la presidencia, una de sus decisiones más comentadas en cuanto a su imagen fue incluir a tres diseñadores negros, Sergio Hudson, Christopher John Roger y Kerby Jean-Raymond, dentro de sus propuestas a la hora de vestir.
Otras figuras que se han mantenido en esa línea han sido Hillary Clinton, que siendo Secretaria de Estado de EE.UU. y luego candidata presidencial,
se destacó por elegir trajes sobrios y bien estructurados.
Por su parte, la excanciller alemana Angela Merkel ha sabido jugar con el color, dándole un toque diferencial a cada uno de sus trajes.
“El vestuario juega un protagonismo al momento de querer comunicar algo de manera asertiva y una de las dimensiones que tiene es el efecto que puede generar en la audiencia. En estos momentos en donde vemos a mujeres tan empoderadas, en diferentes ambientes, es común verlas con traje, por eso Kamala Harris ha estado en boca de todos porque ha transmitido ese liderazgo y ese empoderamiento en cada una de sus apariciones. El ‘Power Suit’, ya no es una tendencia, sino un estilo de vida”
, afirma Ángela Liliana Doto, diseñadora de modas y textiles.
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Working girl
Archivo particular
El estilo colombiano
En el plano local, las empresarias colombianas no son ajenas a este estilo, ya sea que lo lleven más estructurado o simplemente incluyan piezas claves como un buen pantalón, sastre o un blazer. De hecho,
es cada vez más común que las ejecutivas incluyan piezas más casuales
como camisetas o tenis a la hora de llevar un traje.
“Yo recomiendo un traje para cualquier tipo de ocasión, ya que su grado de formalidad dependerá de los materiales, los colores, los zapatos y los accesorios. No es lo mismo un traje en lino que de paño. Pero si se trata de impactar, lo dejaría para una ocasión especial. Por ejemplo, en el ámbito laboral es ideal para un evento tipo congreso. Pienso que, para adaptarlo a diferentes ocasiones, los zapatos juegan un rol muy importante: con tacones, lo hacemos ver más estilizado, mientras que, con tenis, mucho más casual”
, comenta Camila Villamil, periodista de moda y tendencias.
Ya sea de día o de noche, para una reunión laboral, una fiesta o un brunch entre amigas, el traje se ha vuelto una prenda de colección que no solo guarda una historia de rebeldía, liberación, sino de empoderamiento, ese es el ‘Power Suit’, que
nos invita a seguir desafiando las normas y reafirmando nuestra confianza y elegancia
, sin importar el contexto o el rol que desempeñemos.
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JOHANA LORDUY
Portafolio